Durante miles de años mientras todos creían y afirmaban que el universo era eterno, La Biblia era el único tratado que decía que nuestro cosmos había tenido un comienzo. La ciencia y la filosofía afirmaron equívocamente durante miles de años un error que desapareció recién en 1965 cuando Penzias y Wilson descubrieron lo contrario: el universo había tenido un comienzo tal como la biblia lo afirmó desde siempre. Pero nadie dijo más nada, solo callaron las burlas, pero nadie dió crédito a la palabra de Dios.
En cuanto a los tiempos el libro de Génesis habla de una creación que se dividió en 6 días. Hoy sabemos –gracias a la cosmología científica y a uno de sus mas geniales hombres el Dr, Gerald Schroeder – que seis días cósmicos vistos desde su origen son algo así como unos 13.500 millones de años, ¿nada mal no?.
Pero si el universo tuvo un comienzo, también –y eso lo sabe la ciencia cosmológica– tendrá un final. ¿Pero cuando? Increíblemente puede suceder en cualquier momento, solo sería necesario que el “tiempo” dejara de ser, y el universo también dejaría de ser. El responsable de este fenómeno es lo que ellos llaman la particula de Dios o el bosón de Higgs, algo bastante pobre como para definir el Espíritu Santo.
La cinética de la expansión no explica el tiempo, mejor dicho, nada puede explicarlo, es algo muy particular de nuestra raza, simplemente es algo que percibimos nosotros y nadie más.
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